Yo contengo multitudes by Ed Yong

Yo contengo multitudes by Ed Yong

autor:Ed Yong [Yong, Ed]
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Divulgación, Ciencias naturales
editor: ePubLibre
publicado: 2015-12-31T16:00:00+00:00


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Gracias a los poderes otorgados por sus microbios, los hemípteros evolucionaron para succionar la savia de las plantas de todo el mundo, y las termitas y los mamíferos herbívoros lo hicieron para masticar sus tallos y sus hojas. Los gusanos tubulares han colonizado los océanos más profundos, las ratas cambalacheras pueden propagarse por los desiertos americanos, y los escarabajos del pino de montaña han causado toda una ruina continental en bosques de hoja perenne.[33]

En contraste con estos llamativos ejemplos, la llamada araña o ácaro de dos puntos causa estragos de una manera más sutil. Al igual que el escarabajo, este diminuto arácnido rojo, apenas más grande que un punto tipográfico, también mata plantas tras invadirlas en números incalculables. Se trata de una plaga mundial, debido a su habilidad para resistir los pesticidas y a sus gustos católicos: se alimenta de más de 1.100 especies de plantas, desde tomates hasta fresas, y desde el maíz hasta la soja. Una gama tan amplia implica cierta destreza en la desintoxicación; cada planta hace uso de su propio cóctel de compuestos químicos defensivos, y la araña-ácaro, necesita formas de desarmarlos todos. Afortunadamente para ella, dispone de un arsenal de genes de desintoxicación que se activan de diversas maneras, dependiendo de la planta que decida esquilmar.

Parece que los microbios no son los protagonistas de esta historia en particular. A diferencia de la rata cambalachera del desierto, o del escarabajo del pino de montaña, la araña-ácaro no confía en las bacterias de su intestino para hacer sus comidas más sabrosas. Tiene todo lo que necesita en su propio genoma. Pero, aun ausentes, las bacterias importan.

Muchas de las plantas objetivo de la araña-ácaro pueden desprender ácido cianhídrico cuando sus tejidos se descomponen. Este ácido es extraordinariamente pernicioso para la vida. Los exterminadores envenenaron a las ratas con él. Los balleneros lo añadieron a sus arpones. Los nazis lo usaron en los campos de concentración. Pero la araña-ácaro es inmune. Uno de sus genes puede crear una enzima que convierte el ácido cianhídrico en un compuesto inofensivo. El mismo gen está presente en las orugas de varias mariposas y polillas; también ellas son invulnerables al ácido cianhídrico. Ni la araña-ácaro, ni las orugas inventaron ellas solas el gen que descompone este ácido. Ni siquiera lo heredaron de un antepasado común.

El gen provenía de bacterias.[34]



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